El Elemí (Canarium Luzonicum), pertenece
a la misma familia botánica que el Olíbano y la Mirra. Junto con los aceites esenciales de Mirra,
Incienso, y Niaouli… el aceite de Elemí es considerado uno de los aceites más
espirituales por su uso a lo largo de la
historia, por su especial aroma y por sus propiedades sutiles. Convirtiéndose en un gran aliado para
recuperar nuestras energías cuando nos sentimos cansados después de un día de
mucho estrés. Alivia y anima los
corazones tristes, aligerando las cargas emocionales.
Recomendado para equilibrar el séptimo
chakra – Sahasrara o chakra de la corona.
Principales indicaciones del aceite esencial de Elemí:
Apoyo espiritual:
Alivia y anima los corazones tristes, aligerando las cargas emocionales.
Aporta una profunda sensación de paz al espíritu.
Ayuda a recuperar la energía cuando estamos cansados.
Dolores musculares:
El Elemí está muy indicado para los dolores de espalda, cuando hay músculos
bloqueados, o cuando notamos la nuca en tensión. Corrige la postura, recentra (física,
emocional y enérgicamente). Calma la tensión.
Problemas en la piel:
Es un gran antiséptico, por lo
que se considera uno de los más eficaces contra los problemas de la piel, como
el acné o las heridas de lenta cicatrización, y sudoración excesiva.
Otras aplicaciones:
Bronquitis, tos seca, resfriados, excesos de mucosidad.
Analgésico, expectorante, tónico digestivo, estimulante y antiséptico.
Consejos
de utilización:
- En uso externo, 3 gotas de aceite esencial de Elemí, diluido en un aceite vegetal como el de almendras y aplicar directamente sobre la espalda o nuca. Si es durante el día se le puede añadir 1 gota de Menta Piperita para aportarnos más energía, o 1 gota de Ylang-Ylang o Mandarina si el masaje se efectúa antes de ir a dormir.
- También podemos utilizarlo colocando unas gotas de este aceite en un difusor para aceites esenciales, con unas gotas de Incienso y Limón, será un auténtico lujo para la meditación.
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